Situado en el cauce del río Esgueva. Su denominación tiene origen en el color amusco de su tierra. La iglesia parroquial está dedicada a su mártir San Esteban. Construida en el s.XVIII en piedra, tiene una sola nave dividida en dos tramos.
Cuentan que este pueblo se llama así por el color amusco de su tierra. Una tierra inmersa en pleno valle del Esgueva, donde el río en todo momento se ve jalonado por una hilera a ambos lados de vegetación, compuesta en su inmensa mayoría de chopos.
Un pueblo situado dentro del itinerario que marca la carretera principal que recorre todo el valle, distando 38 kilómetros de la ciudad de Valladolid.
Su edificio más importante es la Iglesia de San Esteban Protomártir, en la parte más alta del pueblo, es una construcción del siglo XIII en piedra, con una torre. Sus bóvedas son de arista con yeserías en la nave central, de crucería en la cabecera, y de cañón apuntado en la sacristía. Guarda una verdadera joya artística, un retablo perteneciente seguramente a Gregorio Fernández, de madera policromada en blanco y dorado con grupos escultóricos en altorrelieve. Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento. Justo al lado de la carretera y cercano a los cimientos de la iglesia, existe un cubo de piedra, a modo de almena, que pudo haber pertenecido a una fortaleza o muralla, de la cual sólo quedaría este resto. Hoy sirve de mirador de buena parte del valle del Esgueva.
En el apartado festivo, hay que comentar que las primeras fiestas en celebrarse son en honor a San Isidro el 15 de mayo, con verbenas y teatro. Ya en agosto, y durante la segunda semana, se lleva a cabo una Semana Cultural, dejando las festividades del patrón, San Esteban, para el 12 de noviembre.